lunes, 22 de marzo de 2010

Ensayo: Desaparecidos durante el Proceso de Reorganización Nacional






"Tiempos oscuros en la Argentina"



Desaparecidos por la dictadura nacional es el nombre con que se conoce a las personas que fueron víctimas del crimen de la desaparición forzada durante el gobierno militar de la Argentina.
En el correspondiente ensayo vamos a abordar lo sucedido durante el período de la Dictadura Militar en el año 1976 hasta 1983, los conflictos y luchas de libertad que ocurrieron en esa época.

En los años del autodenominado Proceso de Reorganización Nacional, el gobierno formado por la junta militar impulsó la persecución, el secuestro y el asesinato de manera secreta de personas por motivos políticos y religiosos.


La razón de que un Estado totalitario recurra a este método se debe a su efecto de supresión de todo derecho: al no existir cuerpo de delito se garantizaba la impunidad, el desconocimiento impide a los familiares y la sociedad realizar acciones legales, infunde terror en las víctimas y en la sociedad y mantiene separados a los ciudadanos en su accionar, frente al Estado.

La táctica militar de hacer desaparecer a los opositores es un método represivo que se basa fundamentalmente en la producción de desconocimiento.
Diferentes grupos defensores de los derechos humanos como las Madres de Plaza de Mayo y el Servicio Paz y Justicia, estiman que hubo 30.000 desaparecidos. Se pone de manifiesto que la mayoría de las víctimas eran jóvenes menores de 35 años, de profesión obrero o estudiante y que fueron detenidos en su domicilio durante la noche.
En fin, que esto nos lleve a reflexionar a todos que los gobiernos de factos donde hubo desaparecidos y el siempre querer callarnos no vuelva a repetirse. Ya que quedaron en la memoria de quienes vivieron en esa época, rencor y dolor que no se borran más.
Y que los gobiernos donde la libertad existe triunfen para el bien común del hombre.



Juan Marìa Gutierrez



Nacimiento: 6 de mayo de 1809.
Fallecimiento: 26 de febrero de 1878.

Estadista, jurisconsultor, agrimensor, historiador, crítico y poeta argentino.
Genuino representante del liberalismo constructor argentino de su época es considerado uno de los más grandes promotores de la cultura de su país durante la mayor parte del siglo XIX. Fue autor de obras de diversa índole: cuadros de costumbres, novelas, biografías, críticas literarias y trabajos científicos.

Tuvo una importante actividad política como miembro por Entre Ríos de la Convención Constituyente de 1853 y como Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina entre 1854 y 1856 además de haber sido uno de los fundadores de la Asociación de Mayo.

Fue un importante promotor de la actividad científica y técnica en la Argentina. Ocupó el cargo de rector de la Universidad de Buenos Aires desde 1861 hasta su jubilación en 1874 y gracias a su gestión numerosos y destacados profesores europeos enseñaron en ella. Fue, junto con Hermann Burmeister, el impulsor del estudio de las ciencias naturales en la Argentina.

Biografía:

Se inició desde muy joven en las letras pero no desdeñó la ciencia, en especial la matemática. Realizó estudios tanto de ingeniería como de derecho, graduándose de doctor en jurisprudencia a los 27 años con una tesis Sobre los tres poderes públicos, eximiéndole del pago del arancel debido a la mala situación económica de su familia. Sin embargo prefirió desempeñarse como agrimensor e ingeniero en el Departamento Topográfico y a su vez colaborar en diversos diarios con críticas literarias y traducciones.

Formó y presidió la Asociación de Estudios Históricos y fue un asiduo concurrente del Salón Literario Marcos Sastre, pronunciando en 1837 el discurso sobre Fisonomía del saber español.

Debido a su apoyo, en épocas de Rosas, a los expatriados a Montevideo, fue encarcelado y cesanteado. Emigró entonces en 1840 al Uruguay donde se destacó como literato colaborando con El Iniciador en forma anónima a la vez que continuó en otros periódicos su obra de divulgación y crítica. También realizó trabajos como ingeniero y topógrafo. Fundó con Juan Bautista Alberdi y Esteban Echeverría la Asociación de Mayo y viajó en 1843 con Alberdi por América y Europa. Durante este viaje estuvo en Valparaíso, Chile, donde se dedicó a la docencia, escribió libros y la colección de poesías América Poética, que tuvo muy buena crítica. También allí fue el primer director de la Escuela Náutica. Publicó biografías traducidas del francés y el resultado de sus investigaciones por el nuevo mundo.

Enterado de la caída de Rosas (1852), decidió retornar a la Argentina donde actuó en el Congreso Constituyente de 1853 apoyando el Acuerdo de San Nicolás y fue ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina presidida por Justo José de Urquiza, contribuyendo al éxito del Pacto de San José de Flores.

Comenzó una labor periodística en diarios de Buenos Aires y fue diputado nacional.

El presidente Bartolomé Mitre le encomendó la dirección de la Universidad de Buenos Aires, cargo que ejerció desde 1861 hasta 1874 siendo además integrante de la Convención Constituyente bonaerense de 1870-1873.

Sus Noticias históricas sobre el origen y desarrollo de la Enseñanza Superior en Buenos Aires (1868) constituye un clásico en el cual volcó todos sus conocimientos sobre el tema.

Como rector de la Universidad creó el Departamento de Ciencias Exactas e inició gestiones para contar con profesores que provinieran de Europa. Así vinieron Bernardino Speluzzi de la universidad de Pavia, Emilio Rossetti de la universidad de Turín (ambos como profesores de matemáticas) y Pelegrino Strobel de Parma, para historia natural.

En 1866 comienza a funcionar el Departamento comprendiendo la enseñanza de las matemáticas puras, aplicadas y de la historia natural con la finalidad de «formar en su seno ingenieros y profesores, fomentando la inclinación a estas carreras de tanto porvenir e importancia para el país». Aunque estaba habilitado para expedir diplomas de ingeniero, de profesor de matemáticas y de ingeniero profesor, de hecho sólo expidió el de ingeniero. Algunos de los primeros en recibirse fueron destacados ingenieros y científicos como Luis Huergo, Guillermo White y Francisco Lavalle.

Como rector de la Universidad de Buenos Aires y debido a su gran interés por el estudio de las ciencias naturales brindó ayuda al sabio alemán Hermann Burmeister como director del Museo Público de Buenos Aires. Fue así presidente de la Sociedad Paleontológica, creada gracias al apoyo dado por él a Burmeister en 1866. Su pensamiento influyó en los científicos de la época como Francisco P. Moreno. Tuvo en su momento que actuar como jurado en una controversia entre este último y Burmeister.

En 1865 presidió una comisión que presentó el «proyecto de un plan de instrucción general y universitaria» cuyo informe constituyó un documento valioso tanto desde el punto de vista histórico como también por sus concepciones didácticas y científicas.

En 1875 se lo nombró jefe del Departamento de Escuelas de la Provincia. Proyectó escuelas de agricultura, comercio y náutica, e hizo lo posible por fundar una Facultad de Química y Farmacia.

En 1876 rechazó el diploma de la Real Academia Española de la Lengua.